Por Germán Mangione | Opinión sobre los manejos de los carteles de la droga en el cordón industrial
Allá por el año 1837 el danés Hans Christian Andersen, hizo popular un cuento titulado "El traje nuevo del emperador". Es la historia de dos picaros delincuentes que le hacen creer a un rey que pueden confeccionar una prenda de ropa que es invisible a la mirada de los tontos y solo aquellos que tienen altas cualidades humanas pueden verla. La prenda no existe y es un engaño para sacarle dinero al monarca. En resumidas cuentas como nadie quiere quedar como tonto, todos dicen verla y hasta el mismo rey accede a desfilar con “la ropa invisible”, cuando en realidad lo está haciendo desnudo.
El cuento culmina cuando un niño dice lo que es obvio. Lo que todos ven, pero nadie dice. El rey está desnudo. Y allí se derrumba la farsa. Una gran vergüenza para el rey. Pero también para todos los que sostuvieron la mentira.
En la actualidad en la política sanlorencina parecen repetirse algunas escenas de aquella fabula.
La semana pasada, en el marco del juicio a Marcos Jeremías Mac Caddon, quien sería un presunto ladero de Ariel Máximo "Guille" Cantero, líder de Los Monos, se conocieron audios de conversaciones entre estos sobre los manejos de los carteles de la droga en el cordón industrial.
Hasta ahí sería un caso policial más de los que lamentablemente ya estamos acostumbrados. Pero lo particular es la descripción que MacCaddon hace de la red de relaciones que supuestamente posee con gran parte de las instituciones, y referencias públicas de la región.
Lo que lo convierte, o debería convertirlo, en un verdadero escándalo político.
En uno de los audios extraídos de su teléfono tras su detención la semana pasada en Rosario asegura que tuvo reuniones con políticos y “la gorra de todos los colores”, haciendo referencia a distintos organismos de seguridad de la zona.
El presunto ladero de los Monos en nuestra región dice en otro pasaje del audio sobre la posibilidad de “blanquear” la plata proveniente del narcotráfico:
“Eso me da cabida para poder hacer la plata limpia, para que los pibes laburen, yo tengo gente en todo el cordón industrial, y toda la norte entera, todos los pueblos. Le vamos dando laburo a los pibes, agarramos para hacer calle en la municipalidad, tengo la mejor con el intendente, entendes yo hable con la gente de buenos aires, también le traigo laburo para acá. Me manejo con alguna gente de Boca, de arriba, que le sirve a la gente de San Lorenzo"
En otro audio Mac Maddon le comenta a un socio: “Pillín que me la chupe; Pipi Traferri, una atención y no jode más. El único complicado es Sain que anda haciéndose el loco, pero ese lo puede manejar ahí la diputada porque es de Buenos Aires”.
Con la salida a la luz de la figura gerente narco del cordón también aparece su participación en la campaña rosarina de Cambiemos en 2017 en actividades y hasta con fotos con Gabriel Chumpitaz, ex concejal y actual diputado nacional en la campaña de 2017 que llevaba a Roy López Molina como candidato a concejal.
Incluso a modo de advertencia durante su imputación aseguró que colaborará con la investigación y expresó: “Fui asesor de concejales que han ganado. Tengo mucha información”.
Pero los audios y comunicaciones del presunto narco no solo hablan de la política y la policía, sino que muestran cómo se entrelazan todo tipo de negocios en nuestra región bajo el paraguas de la estructura mafiosa.
“Me junté en San Lorenzo por el tema de los cereales con la gorra y los políticos. Viste que estamos haciendo un par de negocios”, afirma.
Y en otro pasaje de la oferta de “gerenciamiento” de los negocios del cordón que le hace al líder de los Monos asegura que “desde Bermúdez hasta Santa Fe está toda la zona para vos, tanto en eso como las cooperativas, sindicatos, las fábricas, es un montón”.
“Una mano lava la otra, ¿se va haciendo una red que es la que yo le había planteado al muchacho que no está más viste?”, dice finalmente MacCaddon en uno de los audios sintetizando esa estructura que todos vemos, que todos conocemos, o por lo menos que todos sospechamos que se desarrolla en nuestra querida ciudad y en todo el cordón, pero como la ropa del rey, parece ser invisible porque nadie lo dice.
Hace 11 años el caso de Paula Perassi nos empezó a poner sobre la mesa de la peor manera esa estructura que mezcla a la policía, la política, las empresas, los puertos y la justicia como parte de una red del delito organizado.
Con el pasar de los años y el avance del narcotráfico, la estructura es cada vez más evidente, los casos en los que actúan a su amparo, más frecuentes, y cada vez más difícil de ocultar, como la desnudez del rey.
Será la justicia la que determine finalmente la veracidad de los dichos, aunque a esta altura es innegable la relación entre las instituciones de la vida democrática y lo más podrido del delito organizado en la región.
Pero ante la gravedad de la situación institucional que vive la ciudad y la región, ante lo escandaloso de lo que se va conociendo, uno (como ciudadano) tiene la esperanza de que la política genere respuestas concretas y reales que puedan mostrar que no todos están manchados por el barro de la corrupción y el delito que está en la base de muchos de los sufrimientos que tenemos.
Y sin embargo no forma parte hoy de ninguna de las instancias de debate político de la ciudad. Ni del concejo deliberante, ni por parte del ejecutivo, ni en declaraciones de las referencias políticas de los diversos sectores de la ciudad a los medios.
Pareciera que si nadie la nombra, si no es parte del debate político, no nos damos cuenta que el rey está desnudo. Y todos lo vemos, pero además de verlo hay que empezar a decirlo. Y eso es lo que intentamos hacer. Empezar por decirlo, para empezar a pensar juntos cómo salir de este laberinto.
Porque si no, seguramente ganará un lugar central la anti política mientras el delito organizado termina de copar las instituciones y ahí será demasiado tarde.
Germán Mangione
Periodista y referente de Soberanía Popular
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