Hace tiempo que la comunidad de Beltrán no es ajena a la crítica situación de delincuencia que se vive en la región. Los hechos se repiten y las respuestas no llegan
A veces daría la sensación de que “todo está bien” en la ciudad en relación a la seguridad. Si no te toca, o no le toca a alguien de tu círculo cercano, pareciera que por acá no pasa nada. Pero a cualquier hora, en cualquier zona, nadie está a salvo.
A inicio de mes una familia de Alvear al 200 sufrió una entradera a la madrugada mientras todos dormían. En barrio Granaderos, apedrearon a un taxi de San Lorenzo, también por la noche, donde el remisero logró escapar y salvarse de que le robaran. Hace una semana la escuela técnica 410 se vio afectada por la sustracción de cables de alimentación de energía.
Este lunes cerca de las 9 de la mañana un “motochorro” le arrebató sus pertenencias a una mujer en Presidente Perón casi Avenida San Martín, en pleno barrio Centro y si, a metros del Concejo Deliberante. Esta mañana conocíamos el robo a dos comercios de calle Guido Spano. Misma zona donde, hace alrededor de 10 días, ingresaron a la casa de una señora de 80 años y golpeándola le pidieron que entregara la jubilación que no tenía. La lista podría continuar.
Los medios de comunicación nos enteramos de lo que pasa como te enteras vos, por el vecino que viene y se nos acerca a contarnos, ya que nadie nos brinda información oficial. Muchas veces, encontrando la víctima una respuesta solo en los medios.
Es reiterativo decir que los vecinos, resignados, ni siquiera hacen la denuncia cuando son víctimas de la delincuencia. Esa que cada vez se adueña más de las calles.
Delincuencia que va de la mano de una situación social y económica que se agrava, que está relacionada con el narcomenudeo, con el desamparo, con la falta de iniciativas concretas de prevención y abordajes. Esa que, mientras municipios, Provincia y Nación se tiran la pelota para ver a quien le corresponde intervenir en mayor o menor grado, se reproduce.
Flavio Patricio Aranda
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